lunes, 1 de agosto de 2016
Happyland. Parte 4
ACTO
IV
Se
abre el telón y aparece una plaza grande, simulando ser el espacio público de
la ciudad. El canto de los pájaros y la brisa suave entonan la melodía de la
mañana. Un tablado enorme se sitúa en el centro de la plaza. Un poco más atrás,
una gran muralla con destellos rojos se levanta. Al fondo, el palacio de
Dexter, con dos banderas negras y grises alzadas a cada lado del balcón. Varios
guardias se alinean mientras recorre la atmósfera un silencio abrumador y
decadente. Se oyen voces desde lejos. Dos guardias conversan sutilmente a las
puertas mientras el general Zander y Dexter charlan animadamente en el balcón.
ESCENA I
SOLDADO
2: Este silencio...me agobia.
SOLDADO
1: (Gira la cabeza a su compañero) Ya se ha roto.
SOLDADO
2: Se avecina...tormenta.
SOLDADO
1: ¿Tú crees?
SOLDADO
2: La huelo.
SOLDADO
1: (Gritando fuertemente) ¡Soldados! ¡Armas!
(Se
oye un ligero movimiento de rifles y empiezan a redoblar tambores)
SOLDADO
2: El jefe está hablando con Dexter ahí arriba.
SOLDADO
1: No tardará en bajar. Te lo aseguro. (Al resto de la guardia) ¡Avancen!
(Ligero
movimiento de pies)
SOLDADO
1: ¡Apunten!
(El
redoblar cesa)
SOLDADO
1 (A su compañero): Esta vez no es como las demás.
SOLDADO
2: El amanecer...es símbolo de muerte.
(Entran
los artistas manifestantes con Jack y Giselle a la cabeza, todos maquillados de
payaso)
SOLDADO
1: No puede ser...
SOLDADO
2: Son más de treinta. Podremos con ello.
SOLDADO
1: ¿Te has fijado bien?
SOLDADO
2: ¿Qué?
SOLDADO
1: Ella. ¡Mírala!
DEXTER:
(A la multitud) ¡Giselle! ¡Hija mía!
(Asombro
general y confusión)
JACK:
(A Giselle) ¿Eres la hija del dictador de Líbera? ¡Maldita traidora!
GISELLE:
Jack...ahora lo recuerdo... ¡Ya recuerdo quién soy y de dónde vengo!
DEXTER:
¡Hija mía! ¡Te creía perdida! ¿Por qué no me hiciste caso y volviste a casa en
vez de correr hacia el bosque llena de desesperación y angustia? ¿Acaso no te
di todo lo que querías en tu infancia? ¿Por qué me partiste el corazón
confesándome que estabas de parte del pueblo? ¡Una hija tan honrada como tú
nunca debe cuestionar el trabajo de su padre!
(Gritos
varios de los artistas)
DEXTER:
¡Silencio, desgraciados! ¿Quién sois vosotros para levantarme la voz o para
protestar? ¡Yo fui quien levantó esta ciudad de la miseria, maldita ciudad
perdida en las montañas sea! ¡Yo fui quien os dio un trabajo digno y un motivo
por el que vivir! ¿Y así me lo agradecéis? En vez de callar como ovejas,
montáis el circo en mi propia casa.
JIMMY:
¿Y quién eres tú? ¡Ya sé! ¡Un viejo endemoniado que priva de libertad a la
gente! ¡Bastardo!
DEXTER:
¡Guardias, apresadlo!
(Dos
soldados cercanos detienen a Jimmy)
JACK:
¡Alto! (A Dexter) Devuélvenos a Cygnus. ¡O haremos que este palacio se caiga
piedra a piedra!
DEXTER:
¿Te refieres a ese carnicero místico? ¡Más que fusilado está! Y bien me reí
cuando vi cómo le agujereaban todas las partes de su podrido cuerpo.
(Silencio)
ALEXANDER:
¡Cygnus, amigo mío! ¡Que carne picada manejaste toda tu vida y en eso te has
convertido!
DEXTER:
¡Devolvedme a mi hija y os dejaré libres por esta vez!
GISELLE:
¡No! ¡Ahora estoy con ellos! ¿Cómo te atreves a manipular los corazones y las
mentes de esta gente, padre? Me escapé de casa porque prefiero llenarme mis
vestidos de barro y lluvia a vivir bajo el mismo techo que un tirano. ¡Tú y tu
poder cavaréis la misma tumba!
DEXTER:
¡Guardias! ¡Traed a mi hija conmigo de inmediato! Y si hacen falta unas cuantas
bofetadas para domarla, que corra la sangre de mi cuenta.
(Giselle,
antes de verse entre los brazos de la guardia, escapa calle arriba)
GISELLE:
¡Todo el pueblo se enterará de esto!
DEXTER:
¡No dejéis que se escape!
ESCENA II
GISELLE:
(Gritando estruendosamente) ¡Gentes de Líbera! ¡Despertad a vuestros hijos y a
vuestros conyugues! Haced las maletas y marchad de esta ciudad como cobardes si
no queréis luchar por vuestra vida y por vuestra libertad. Hace años me creó un
monstruo, el dictador que ahora os engaña y controla, que ni me hizo feliz ni
cuidó de lo que más quería.
(Varias
personas se asoman a la puerta de su casa)
GISELLE:
¡Acompañadme con puños y miradas serias! ¡Recobremos lo que es nuestro y
acabemos de una vez con esta tiranía! ¡Vamos a demostrarles a esos bellacos que
el corazón del pueblo tiene más fuerza que el cerebro de cualquier líder!
ESCENA III
(Entra
Giselle con un gran grupo de gente. Contemplan como algunos artistas se
intentan defender de los ataques de los guardias)
JACK:
¡Agobiadísimo Dexter! Quisiera decir unas palabras antes de mi futura
ejecución. Ahora que todos estamos presentes.
DEXTER:
¡Primero mi hija!
JACK:
¡Ahora mandamos nosotros! O me da el permiso, o no volverá a ver a su hija.
GISELLE:
(A Jack, susurrándole) ¿Se puede saber que estás haciendo, loco?
(Silencio.
Cinco segundos después, Jack se sube al tablado y se dirige a los guardias)
JACK:
¡Amigos! Aunque mil veces nos disparéis o golpeéis con vuestras armas, el daño
físico no es comparable a la brecha que han abierto en nuestros corazones. ¿Qué
necesidad tenemos de ser marionetas del Gobierno? ¿Qué necesidad tenemos de
vivir bajo una dictadura que lo único que nos proporciona es dolor, sufrimiento
y represión? Cuando yo era joven tanto mi madre como mi padre murieron
ejecutados por defender su libertad. Y hoy vengo para vengar su muerte. Pero,
tranquilos, no llevo ningún rifle o escopeta escondido tras el chaleco. Tampoco
una navaja o un cuchillo para rebanar cuellos. Siento decepcionar a mis amigos
los artistas, pero el arma más poderosa que llevo encima ahora mismo es mi
palabra.
(Silencio
absoluto)
JACK:
Y la llevo encima porque considero que es el arma más poderosa que existe en
todo el mundo. Con una palabra podemos expresar el sentimiento más bello del
mundo y profanarlo a la vez. Con una palabra podemos rendir sumisión o alzarnos
en insurrección. Con una palabra...se crea el mundo. Y se destruye. ¡Y hoy aquí
lanzo a los cuatro vientos mi arriesgada confirmación de que la palabra es el
único poder triunfal sobre la Tierra! Toda arma de fuego o blanca es inútil
ante el poder de las palabras. Con ellas, somos mucho más poderosos. Y eso es
lo que os quiero enseñar. Hubo una vez en que vosotros, valientes guerreros del
lado equivocado, fuisteis escogidos para defender Líbera. Pero precisamente
estáis defendiendo a la bestia que poco a poco está acabando con ella. Somos
nosotros los que necesitamos defensa. Y aun así, nos maltratáis a palos. ¿No os
dais cuenta de que Dexter os come la cabeza y os llena la mente de errores? ¿No
os habéis parado a pensar que su poder no son las palabras, sino la guerra y su
ego? ¡Quien se cree líder de una línea de seguidores está destinado al fracaso,
a su propia destrucción! Pero, ¿sabéis lo que os digo? Que todo su cuerpo y
alma es una coraza. El verdadero Dexter murió hace mucho tiempo. El líder, al
darse cuenta de que su camino es equivocado, cae irremediablemente. Por lo
tanto, su corazón se llena de oscuridad y se destruye, dejando la piel solo. ¡Y
luego nos hace cree y os hace creer que todavía sigue en pie, como un valiente!
¡Abrid los ojos y ved de verdad a quien tenéis delante! ¿Quién es él? ¿No os dais
cuenta? Es una persona más, como nosotros. ¡Una persona normal y corriente!
¡Como el resto! ¡Igual!
(Se
oye un disparo)
JACK:
¡No!
ZANDER:
Ya basta, payaso de circo.
JACK:
¡Jimmy! ¡Jimmy!
(Jack
acude a los brazos de su amigo, el cual está herido de bala)
ZANDER:
Tranquilo, bufón, no creo que mucha gente lamente su pérdida.
JIMMY:
(Sin fuerzas) Jack...lo hemos conseguido...(Vuelve a su mundo) Oh, dios...me
desangro...rojo...como las rosas...como mi nariz postiza...(Vuelve en sí)
Jack...amigo...hasta el final...diles a los niños pobres que gracias...por
darme compañía...cuando estaba solo...(Muere)
(Agitación
de soldados)
ZANDER:
¡Toma un rifle! Y apúntame a la cabeza. ¡Bum!
(Jack
coge el arma y mira fijamente al general, conmocionado por la muerte de su amigo)
ZANDER:
¿Ves? No eres capaz de hacer nada. ¡Eres un vulgar cobarde!
(En
un rápido movimiento, el general agarra por el brazo a Giselle y le rodea el
cuello)
ZANDER:
¿Y ahora, Jackie? ¿Podrás apretar el gatillo?
(Los
soldados, dándole la espalda a la multitud, se encaminan a paso rápido hacia el
palacio de Dexter)
DEXTER:
¡Qué hacéis, descelebrados! ¡No es a mí a quien debéis atacar)
ZANDER:
(Gritando a pleno pulmón) ¡Volved, soldados! ¡Retroceded vuestros pasos o lo
lamentaréis!
(Las
dos últimas filas de soldados apuntan amenazantemente al dictador. Otros tres
suben al balcón y lo apresan fuertemente. Dexter, derrotado, baja la cabeza)
DEXTER:
¡Oh, cielo santo! Aquí y ahora he perdido, siendo traicionado por mis propios
hombres. ¡Qué fuerza tan poderosa puede que tengan las palabras que dices,
payaso, que alteran lealtades y envenenan corazones! ¿Y ahora qué? ¿Me
ejecutarán por todos los muertos que han comido tierra por mi nombre? Si
queréis ejecutarme, hacedlo con mi hija, pues el no verla ya es suficiente
castigo. ¿Perdón? ¡No pediré perdón por algo que yo consideraba lo correcto!
¡Jamás!
JACK:
(A Zander): Suelta...a Giselle.
(La
multitud se abalanza sobre el dictador, asaltando el palacio de manera
violenta)
GISELLE:
(Entre lágrimas) Al menos...(bajando la cabeza) lo intenté, Jack.
JACK:
Giselle. Mírame. Eh. (Sonríe) Eres la persona más valiente que jamás vi. Ahora
sé que la naturaleza del ser humano es individual en cada persona. A pesar de
que la naturaleza de tu padre era la maldad y la represión, tú elegiste no
seguir ese camino. Valentía y coraje son los lingotes de oro que adornan tu
alma, Giselle. En ti reside la virtud y la libertad. Movilizaste a casi todo un
pueblo para enfrentarse a la persona que te vio nacer. No traicionaste tus
ideales. Ni la gente que desde el principio te abrió los ojos.
ZANDER:
¡Ni una palabra más!
(Giselle
saca una daga que tenía escondida, mientras Zander la empuja hacia delante para
posteriormente, dispararle)
JACK:
¡No! ¡No!
GISELLE:
General, antes de que la podredumbre de tus sucias manos me perfore la espalda,
yo me bañaré en sangre gracias al poder de la daga. Seré yo y no tú la que
tenga el honor de haber asesinado a la hija rebelde del dictador. ¡Non moriar!
(Giselle
se clava la daga y se cae de rodillas, ante la atónita mirada de Zander)
GISELLE:
Te quiero, Jack. Por la libertad de Líbera...has...t...a...el...f...
(Jack
acude a sus brazos, ya inertes. Mientras, Zander huye entre la multitud)
JACK:
¡No morirás hoy en mis brazos ni estampada en el suelo, Giselle! El mundo te
recordará como la bella heroína que espantó al monstruo que quiso acabar
contigo. Monstruo que por allí huye, asustado como un perro, con el rabo entre
las piernas. ¡Qué paradoja! Que Líbera hoy nazca y tú hoy mueras. Triste muerte
que lleva a la nada, y la nada, nada es. Que no se engañen mis ojos con vidas
eternas que alimentan el miedo que el hombre tiene a morir. ¡Cuando se expira,
se deja de existir! Pero una cosa más, quiero decir. Que nunca se olvida el
recuerdo, que siempre perdura. Hoy, Giselle, has muerto siendo una guerrera. Y
serás recordada como la principal amazona que, con sus gritos de libertad,
alentó al pueblo a conseguir el fin de su esclavitud. Tu padre, eternamente
llorará tu pérdida, y se arrepentirá mil veces de haberte tenido y otras mil de
no hacer nada para que tú volvieras a sus pies. Ve y únete con mi amigo en
algún lugar, venciendo a la nada. Y que los dos seáis muy felices en esa
realidad paralela, en esa otra oscura dimensión, o quién sabe si llena de más
luz que esta. Descansa en tu lecho eterno mientras yo me encargo de gritar a
los cuatro vientos tu nombre. ¡En tragedia acabó la historia de Líbera! Pues
siete mil milenios de luto pondré en este lugar para que todos te recuerden, y
así puedas seguir viva. Pues no hay mayor honor que saber que una mujer tan
valiente y tan fuerte como tú nos recordó que una de las cosas más importantes
que hay en el mundo es la lealtad y fidelidad a lo que siente el corazón. Omnes
una manet nox.
(De
fondo se oyen los gritos de los habitantes de Líbera, entonando la canción de Happyland,
eufóricos por ser de nuevo, libres. Mientras tanto, Jack llora sobre el cadáver
de Giselle mientras esta duerme para siempre)
FIN
Happyland. Parte 3
ACTO III
Cuando
se abre el telón, una pared llena de cuadros aparece ante la vista del
espectador, simulando una habitación antigua y oscura, con el único brillo de
las obras de arte, que parecen tener vida. Hay una ventana que da al exterior,
donde podemos observar que ya ni se oyen truenos ni se aprecian las pequeñas
gotas de lluvia que azotan la superficie terrestre: la lluvia parece amainar,
pero lo hace de una forma tranquila y sigilosa. Abajo todavía se oyen los
gritos de la celebración. Arriba, un silencio eterno acompaña el mirar
repetitivo de las figuras de los cuadros.
ESCENA I
(Entran
Jack y Giselle, de la mano)
JACK:
Por aquí. Quería enseñarte algo muy especial para mí.
GISELLE:
(Asombrada) ¡Oh, Dios mío! ¡Qué bellos esos cuadros que adornan las paredes?
¿Eres pintor o algo por el estilo?
JACK:
Soy poeta. Pero me produce tanto honor que me digas que soy pintor que se me
llena el corazón de alegría y orgullo. Al final, todos los artistas somos uno:
todos tenemos algo en común, y es que amamos el arte más que nuestra vida.
GISELLE:
(Camina por la habitación) ¿Más que el amor, Jack?
JACK:
(Ríe) Eso no tiene sentido, jovencita. ¿Sabes por qué?
(Giselle
mira a Jack con curiosidad)
JACK:
(Acercándose a la ventana y cerrando los ojos) Porque el arte es amor. Y el
amor es arte.
GISELLE:
El significado de arte puede abarcar muchos aspectos...
JACK:
En realidad, todo. Así como el arte es amor, también es vida y muerte. Es todo
lo que nos rodea y nos protege. Y todo lo que sale de nuestro corazón. Por
ejemplo, este maquillaje de bufón triste que me he puesto para hoy es arte
porque expresa la rabia que siente mi corazón. Y el arte que hay en estos
cuadros son trozos del alma del autor. Algunos pintarán tormentas, ya que son
demasiados fieros y orgullosos para dejarse domar; otros pintarán días
soleados, y valles y praderas con señoras yendo de acampada. Otros, preferirán
pintar calaveras en honor a la muerte y otros princesas en honor al amor de su
vida. ¿Ves, Giselle? Todo sale de nuestro interior. Y lo manifestamos en forma
de arte. Al fin y al cabo, tanto autor como obra es uno. Porque los dos
muestran sentimientos. ¿Lo comprendes ahora?
GISELLE:
¿Y por qué siente rabia tu corazón?
(Silencio)
GISELLE:
No tienes por qué contestar. Es normal. Solo soy una intrusa que se aprovechó
de buena gente en una noche de tormenta. Y encima no me acuerdo ni a donde
pertenezco.
JACK:
A veces te envidio, Giselle. ¿Sabes por qué?
GISELLE:
Ilústrame.
JACK:
Tú por lo menos no te acuerdas de tu pasado. Es algo que yo no puedo soportar,
el acordarme día tras día, martirio tras martirio...El pasado es algo tan
terrible que te atormenta a todas horas del día.
GISELLE:
Pero también es algo tan frágil que puedes romperlo tras superarlo.
JACK:
Tú no te acuerdas donde naciste, ni donde viviste. Ni quien es tu padre o
madre. Ni que hiciste antes de dormir en el bosque. Yo, en cambio, cargo en mis
hombres el peso de un infierno eterno. Y esa es mi gran sentencia, Giselle. El
recuerdo. El motivo por el cual me retuerzo de dolor y agonía en mi cama cada
vez que me acuesto.
GISELLE:
¿Por qué tanto dolor, Jack? ¿Qué te hicieron?
JACK:
Líbera está en manos de un ser terrible, Giselle. Un dictador al que todos
llaman Dexter. Él se encarga de lavar los cerebros de los habitantes de la
ciudad y manipularlos a su conveniencia. Persigue a los inocentes y castiga a
los rebeldes. Por eso yo y mis amigos nos refugiamos aquí, en esta mansión
conocida. Para planear nuestra venganza y derrotar algún día al mal que Dexter
y sus secuaces nos tiene apresados. Él destruye el arte.
GISELLE:
¿Y por qué te atormenta tu pasado?
JACK:
Cada noche me acuerdo de lo que Dexter le hizo a mi padre. Un día, muy
temprano, los gritos desesperados de mi madre me despertaron. Había recibido
una llamada urgente de la oficina de mi padre. No había acudido al trabajo.
Agobiado, intenté buscar una respuesta a ese comportamiento tan extraño en él,
pero solo la encontré días después. Él y un grupo de sus más fieles amigos
habían sido detenidos, torturados y ejecutados por conspirar contra las
aberraciones de Dexter. ¿Ejecutados? ¿Dictador? Mejor cambiar esas palabras por
'asesinado' y 'asesino'.
GISELLE:
(Sorprendida) Dios, lo siento...Jack...
JACK:
Mi madre no tardó en caer. Salió a la calle como una guerrera y empezó a dar
voces para que los vecinos salieran de sus casas. Días antes les había dicho a
unos tíos míos que cuidaran de mí si le pasara algo. Pero ella sabía
perfectamente su destino. Gritó con todas sus fuerzas el vil acto que habían
cometido los asesinos del Gobierno. Y fue entonces cuando la detuvieron,
ejecutándola directamente, y sin derecho a despedirse de mí. Y Giselle...todos
los días revivo todo lo que pasó a través de mi recuerdo...Desde entonces, juré
venganza, Giselle. Pero no voy a pelear como un inútil. Las armas son siempre
para los débiles. Hay que luchar utilizando nuestro arte, nuestro corazón. Y
así nunca perderemos la guerra.
GISELLE:
Sé que ahora puedo parecer una estúpida, pero yo te apoyaré.
JACK:
(Mirando a la pared) Hacía tiempo que no veía estas obras de arte. Mi bisabuelo
y yo teníamos un gusto muy parecido en cuanto a pintura. (Señala un cuadro
cercano) Mira ese, Giselle. Lleva por título Mañana de Pascua, del famoso
pintor alemán Friedrich. Mucho simbolismo puedes encontrar: el amanecer y la
Luna, claros hermanos de la muerte que dan paso al nuevo día. Y el paisaje casi
primaveral, que esconde el misterioso símbolo de la Resurrección. Y este otro, El
caminante sobre el mar de nubes, también del mismo autor, que representa
esas montañas lejanas que simbolizan la vida eterna, que todos alguna vez hemos
deseado.
GISELLE:
¿La vida eterna? ¿Por qué le gustaba tanto la religión a tu bisabuelo?
JACK:
Bueno, él era muy creyente. Yo prefiero argumentar que Dios no existe, o al
menos no quiere que sepamos que existe, y que la religión es una metáfora.
(Silencio)
GISELLE:
¿Y aquél cuadro de allí?
JACK:
Pertenece a Gustave Moreau, y se llama Orfeo. Otro ejemplo más del poder que tenéis
las mujeres.
GISELLE:
He de decirte algo, ahora que lo sé. Ojalá algún día, cuando luchemos contra
esos monstruos, tenga el valor de salir a la calle como tu madre hizo en su
día. Y gritar a los cuatro vientos las intenciones del Gobierno para proteger a
los nuestros.
JACK:
Desde la primera vez que te vi supe que podrías ser una bellísima amazona (Ríe)
(Giselle
se acerca a Jack y este levanta la mirada. Sus ojos se cruzan)
GISELLE:
Dijiste que el amor es arte.
JACK:
Y así es.
GISELLE:
Entonces, manifestarlo también debe serlo.
(Se
besan suavemente)
JACK:
No sé por qué. Pero sé que solo tú me puedes salvar de todo lo que llevo
dentro, Giselle. Hoy, ahora, sabes mi secreto. El secreto que me reta cada día
a mi propia destrucción.
GISELLE:
(Distraída) Abajo todavía se oyen voces. Estarán bailando y cantando aún.
(Entran
Alexander y Jimmy de golpe)
JIMMY:
¡Jack! ¡Jack! ¡La guardia ha irrumpido en el salón de la mansión! ¡Nos va a
matar a todos! ¡Ya ni mi bocina me va a servir! (Vuelve a su mundo) ¡Oh, Dios!
¡Seré carne de dictador! ¡Almuerzo de hienas retrógradas! ¡Y ahora es cuando
este inútil payaso prefiere caerse desde un rascacielos a ser ejecutado en una
mugrienta y antigua máquina de matar! Dios, dios, ¡tenemos que hacer algo antes
de que todos digamos 'hola, qué tal' al señor de rabo y cuernos!
ALEXANDER:
¡Ya lo decía yo! ¡Vamos a morir todos!
JACK:
Calma, calma. Bajaremos enseguida y controlaremos la situación.
GISELLE:
No podrán con nosotros. ¡Somos uno!
JIMMY:
¡Así se habla, señorita! (Vuelve a su mundo) ¡Ay, mamá, qué miedo!
JACK:
Bajemos, bajemos.
ESCENA II
(Irrumpen
Jack, Jimmy, Alexander y Giselle en el gran salón. Un paisaje de lisiados y
heridos se abre ante sus ojos. Se oye el galope de los soldados afuera. Dos
guardias, uno de ellos muy corpulento y mayor, intentan sacar de la mansión a
Cygnus, que se resiste con todas sus fuerzas. A pesar de todo su empeño,
desiste)
ORFEO:
¡Mi pincel solo podrá pintar la tragedia que acabamos de vivir hoy! ¡Válgame el
cielo!
ANASTASIA:
¡Ese maldito de Zander se ha llevado a Cygnus!
JACK:
¿Pero qué ha pasado?
ORFEO:
(Dolorido) Un grupo de soldados entró de repente en el salón. De nada sirvió la
protección que pusimos en la puerta. Acabaron con todo y con todos los miembros
de nuestro cuerpo. Tenían la orden de llevarse a Cygnus por traición al
Gobierno de Líbera. ¡Teníamos que haber ido más protegidos a por provisiones! Y
nos dijeron, después de casi matarnos, que nosotros éramos los siguientes.
ANASTASIA:
¡Ay, de mí! ¡Mis glúteos!
JIMMY:
¿Qué hacemos, Jack? ¡Esto no puede seguir así!
JACK:
¡Atención todos! Mañana, a primera hora, iremos a la plaza de Líbera. Allí nos
manifestaremos en contra del sistema dictatorial. Solo os digo que confiéis en
mí, os lo ruego. Vuestras penas quedarán vengadas.
ALEXANDER:
¿Cómo puedes estar tan seguro?
JACK:
Mi seguro está aquí delante. ¡Y sois tan necios que no lo veis!
(Asombro
general)
JACK:
Ahora me retiro a mi habitación. Mañana a las siete nos pondremos en camino. Y
os juro por mis padres, que ya no están en este mundo, que derrotaremos a esos
ruines que una vez nos hicieron morir de tristeza. ¡Paz!
(Se
va)
Happyland. Parte 2
ACTO II
Pasa un día del conflicto
del banco. Los artistas, entre ellos escritores, poetas, músicos, cómicos,
pintores, bailarines etc., se acomodan en la vieja mansión abandonada del
pariente de Jack. Mientras tanto, este y su fiel amigo Alexander repasan lo que
necesitan para sobrevivir dentro de tal antigua fortaleza. Charlan serenamente
en una habitación que ejerció de biblioteca. Hay en el ambiente una tensión
oscura y dramática, acompañada del enfado de la lluvia y el rugir de los
truenos, que no cesan desde el día anterior. Miles de telaraña y bastante
suciedad acompañan a la atmósfera gótica y decadente.
ESCENA
I
ALEXANDER: ¡Pero cómo
vamos a alimentar a toda esta gente! ¡Ojalá Dios nos ayude a remediar toda esta
locura tan a lo loco en la que hemos caído!
JACK: ¡No menciones a
Dios! Para mí no existe tal cosa que pudiera haber protegido a sus hijos de
este mal tan aterrador. Amigo, no perdamos la esperanza. No necesitamos comida
material para alimentarnos. ¡Es la poesía, la música y la amistad lo que nos
mantiene vivos! Es nuestra unión nuestra verdadera fuente de nutrientes.
ALEXANDER: ¡No sé yo,
Jack! ¡Pronto nos empezará a llamar la barriga! Y cuando pasen unos días,
seremos como vacas muertas en el suelo, rodeados de mosca y mugre. ¡Seremos
estiércol, carne podrida que nunca podrá levantarse de nuevo! ¡Y así no se
podrá luchar contra el enemigo!
JACK: Aleja tus
preocupaciones, Alexander. Precisamente, se encuentra aquí el carnicero de
Líbera, que también es bailarín profesional. En sus tiempos se recorrió toda
América y Europa, luchando por sus sueños y viviendo la vida que todo artista
debe llevar.
ALEXANDER: ¿Bailarín el
carnicero? ¿Te refieres al mismo carnicero que yo...Cygnus?
JACK: A ese mismo, amigo.
Cuando volvió a la ciudad, los esbirros de Dexter le privaron de su profesión,
ya que el general Zander y toda esa asquerosa calaña son traidores fieles a las
artes.
ALEXANDER: ¿Y cómo haremos
para ir a por la comida y las provisiones suficientes?
JACK: Mandaré a Cygnus
acompañado de otros más, para que esté protegido. Anoche encontré un carro de
madera viejo en el sótano. Servirá para transportar los alimentos. ¿Satisfecho?
ALEXANDER: No sé yo.
JACK: Recupera la fe, o
vete. En este sitio solo hay lugar para los luchadores, para los que nunca se
rinden y combaten hasta el final.
ALEXANDER: ¡Espera! Viene
alguien.
(Entra Jimmy Clown,
acompañado de Orfeo)
JIMMY: ¡Jack! ¡Alexander!
Alguien toca a la puerta estruendosamente.
JACK: ¿Quién puede ser?
Todos los que somos estamos aquí. ¿Serán los ruines soldados de Dexter?
(Entra Cygnus)
ALEXANDER: ¡Por dios, di
algo! ¿Quién demonios es?
CYGNUS: Es una mujer,
Jack. Pide desesperadamente entrar para resguardarse de la lluvia.
JACK: ¿Una dama? ¡Que me
partan mil truenos si esto es una sucia trampa de arriba!
CYGNUS: ¿Qué hago? ¿Le
dejo pasar?
JACK: Déjame a mí.
Vosotros, mientras, id a por las provisiones. Para dos semanas. Pasado ese
tiempo, destruiremos al enemigo con todas nuestras fuerzas.
CYGNUS: No es por ser
maleducado, Jack, pero... ¿con qué nos vamos a enfrentar a los de afuera? No
tenemos experiencia ni en rifles ni en metralletas. Es imposible ganar ante un
material de tal calidad.
JACK: Créeme, amigo, que
no es la pistola lo que empuñaré el día final.
(Se va)
CYGNUS: ¿Es mi impresión o
todo se ha sumergido en el caos?
ALEXANDER: ¡Todo, todo!
¡Santo cielo, la que nos espera! Tocaré el piano para relajarme y despejar mi
mente.
CYGNUS: Temo que sea tu
melodía lo que presagie el fatal desenlace.
JIMMY: ¡Pesimistas del
demonio! ¿Es que no conocéis a Jack? En las tertulias destacaba por su
inteligencia y fortaleza. Ese chico está demasiado preparado para llevar a toda
una comitiva de desesperados. En mis días de circo, antes de que mi fortuna se
viniera abajo, soñaba con ser como él de espabilado y valiente. ¡Y ahora que
estamos aquí debemos permanecer unidos y apoyarnos unos a otros! (Vuelve a su
mundo) Dios, qué poco aguante nada más empezar. ¡Así iba todo! Los débiles,
cuanto menos mejor. Sin fortaleza solo somos cuerpo con un alma podrida. Hay
que luchar, ¡luchar por la libertad y en lo que creemos! Yo apoyaré a Jack
hasta el final, y no como estos infelices...
ALEXANDER: Aunque hables
para ti, te oímos.
JIMMY: (Sonrojado) Se os
está bien empleado.
ESCENA
II
(Jack abre la puerta con
cuidado, dejando que los sonidos del trueno y la lluvia se cuelen
meticulosamente por sus oídos. Una dama vestida de un gris suave y, empapada
hasta la médula le trata de sonreír. Su pelo largo y mojado se pega como una
lapa a su cuello, joven y bello)
JACK: ¿Quién eres?
GISELLE: Mi nombre es
Giselle, y solo quiero resguardarme de la lluvia.
JACK: ¿De dónde vienes?
GISELLE: No lo sé.
Desperté esta mañana en el bosque. Y tengo mucha hambre. No recuerdo nada. Solo
que me fallan las piernas, y el aliento, y...y... (Se desmaya)
JACK: ¡Cielos! (La coge en
brazos antes de que se dé contra el suelo e intenta que vuelva en sí) ¡Giselle!
¡Muchacha! Dios, ¿qué hago ahora? ¡Amigos, salid, tremenda musa de Morfeo me
acabo de encontrar!
(Viene Jimmy, jadeando)
JIMMY: ¿Qué es lo que
pasa? (Ve a Giselle) ¡Madre mía! ¿Está muerta?
JACK: Ni lo pronuncies.
Está desmayada.
JIMMY: Será mejor que la
entremos dentro.
JACK: ¿Dónde están los
demás?
JIMMY: Dentro, en el gran
salón. ¡Festejando nuestra dicha futura!
JACK: Escúchame. Llévala a
una habitación que se encuentra en el segundo piso. Allí estará tranquila hasta
que vuelva a la realidad. No olvides dejarle algo de comer en la mesita de
noche, por si despierta y del sueño pasa al eterno de verdad.
(Jimmy coge a Giselle con
cuidado y se la lleva)
JACK: Pero, no entiendo
nada. (Mira al cielo) Tú, si allí estás, ¿por qué todo esto? Tanta desgracia,
tantos sobresaltos. ¿Para qué? Tú bien sabes que a mi madre la mataron esos
condenados. Una dictadura que no sé cuándo va a parar, pero que yo pienso
detener. Y lo haré tanto por ella como por todos nosotros. Mi padre, que un día
fue a trabajar y no volvió. Ellos se habían encargado de torturarlo hasta que
dijera toda la verdad. Un grupo clandestino se estaba formando para derrotar al
dictador y su dictadura infernal. Y él, bravo en sus decisiones y rápido en sus
acciones, cayó como Lucifer. Pero yo seguiré su camino, ¡y vengaré a todo el
que merezca ser vengado! Y tú, sí, tú, ya que no nos has ayudado en nada, y
todo el ser humano ha hecho solo, he de decirte que para nada sirves, excepto
para alimentar el miedo a la muerte. ¡Tú! ¡Muerte en mí te doy al fin!
ESCENA
III
(Habitación de Giselle.
Lentamente se despierta, y al ver la comida se pone a comer. Acto seguido, una
vez saciada su hambre, se alisa el vestido y se dirige a la puerta. La
habitación presenta un estilo renacentista. Con más claridad que la biblioteca,
puede observarse que la estancia perteneció a una mujer. Entra Jimmy)
JIMMY: (Con tono
caballeresco) Doncella, ¿estáis lista?
GISELLE: Muchas gracias
por la comida. Y por dejarme descansar. Parece ser que la lluvia no ha
parado...
JIMMY: El dueño de esta
mansión así lo mandó. Gracias a él estás viva. Te desmayaste nada más entrar. Y
ahora, una gran fiesta se ha preparado para ti. Todos te estamos esperando.
GISELLE: ¿Una fiesta? ¿De
quién?
JIMMY: Bienvenida al
refugio de los poetas.
(Jimmy, que aún conserva su
maquillaje y ropas de payaso, coge de la mano a la chica y le ayuda a bajar las
escaleras. Mientras, una música se oye a lo lejos. Tras cruzar la puerta del
salón, un espectáculo visual se presenta ante ellos. El grupo de artistas, con
las caras pintadas de payasos tristes y trastornados y ropas extravagantes y
clásicas, tocan instrumentos y cantan una enérgica canción al ritmo de
trompetas. En el centro de todo está Jack, que viste chaleco negro, sombrero de
gánster y un fuerte maquillaje negro de bufón)
TODOS: (Cantan) ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! ¡La encontrarás en Happyland!
ALEXANDER: ¡Todo
es un circo! ¡Una ilusión! ¡El lugar donde el arte es puro armazón!
TODOS: (Cantan) ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! ¡La encontrarás en Happyland!
CYGNUS: (Canta) ¡Los
de afuera nos han ignorado! ¡Y nosotros venganza hemos jurado!
TODOS: (Cantan) ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! ¡La encontrarás en Happyland!
ORFEO: (Canta) ¿Quién
será el afortunado? ¡Al dictador daremos por derrotado?
TODOS: (Cantan) ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! ¡La encontrarás en Happyland!
PINTORES: (Cantan) El
amor y la lealtad son nuestros aliados, ¡sensación de vivir hallarás en
cualquier lado!
TODOS: (Cantan) ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! ¡La encontrarás en Happyland!
POETAS: (Cantan) ¡Unidos,
y jamás vencidos! ¡Amados, por la voz de nuestros hermanos!
TODOS: (Cantan) ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! ¡La encontrarás en Happyland!
(Jack se acerca a Giselle
y baja el ritmo de las trompetas)
JACK: (Canta) ¡Desorientada
en el bosque estuviste! ¡Y ahora mucha suerte con nosotros tuviste! Pues allá
fuera solo hay maldad, miedo y temor. ¡Y con nosotros sólo encontrarás amor!
Quédate, y disfruta de la reunión. ¡Una familia que baila de sol a sol! Porque
aquí todo es parodia e ilusión. A través de ello, fuertes seremos.
¡Derrotaremos al que nos aturde, uniendo manos venceremos!
TODOS: (Cantan) ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! ¡La encontrarás en Happyland!
JACK: Porque nada puede
faltar...
(Silencio. Se paran las
trompetas)
JACK: (Canta como si fuera
un tenor) ¡En Happyland!
(Se para la música. Todos
arrancan en vítores, aplausos y gritos de felicidad)
GISELLE: ¡Pero que
maravilloso espectáculo! No tengo palabras para agradecer todo lo que habéis
hecho por mí...
JACK: Ha sido todo un
placer. No podíamos dejar que murieses afuera. En la ciudad, todo está
descontrolado.
GISELLE: No recuerdo nada
de lo que me pasó. Solo recuerdo que me desperté sobre la hierba del bosque,
tiritando de frío y muerta de hambre.
JACK: Cenemos y
descansemos entonces. ¿Tomaste el aperitivo?
GISELLE: Sí. Muy rico.
JACK: (Le acompaña a una
mesa cercana, donde todos están sentados, cenando) Pues rematemos tu hambre con
estos manjares de aquí. ¡Hoy es día de celebración!
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